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Arquitectura

Descubrimiento de las tumbas reales en Micenas

Es un gran honor para mí informar a Su Majestad de que he descubierto las tumbas que la tradición, de acuerdo con las afirmaciones de Pausanias, consideraba como los sepulcros de Agamenón, Casandra, Eurimedón y sus amigos, todos asesinados en el banquete ofrecido por Clitemnestra y su amante Egisto. (...) En el interior de las tumbas encontré una gran cantidad de objetos preciosos formados por piezas arcaicas de oro macizo. Solamente éstas bastarían para llenar un gran museo que sería la maravilla del mundo y que, en los siglos venideros, atraería hacia Grecia a miles de visitantes de todos los países.

H. SCHLIEMANN: Carta a su majestad el Rey Jorge de los Helenos. Micenas, 16, noviembre. 1876

El origen mítico de los órdenes arquitectónicos, según Vitrubio

El orden dórico: visualización y lectura del texto. Orígenes, descripción y carácter.

« (Ión) conquistó el territorio de Caria y fundó allí ciudades grandiosas... Estas ciudades, después de haber expulsado a los carios y a los Lélegos, llamaron Jonia a esta parte de la tierra a partir del nombre de su jefe lón y, después de haber señalado recintos consagrados a los dioses inmortales, empezaron a edificar templos. El primer templo.. que vieron construido así estaba en una ciudad de los dorios. Como quisieron poner columnas en este templo y no tenían la medida de las proporciones, investigaron cómo hacerlas para que no sólo fuesen aptas para soportar la carga, sino que también fuesen de aspecto agradable por sus proporciones. Midieron la huella de un pie humano y la relacionaron con su altura. Cuando supieron que el pie era la sexta parte de la altura de un hombre, transfirieron esta relación a la columna. Hicieron la altura del fuste, incluido el capitel, seis veces mayor que la anchura de su base. Así fue cómo la columna dórica aportó a los edificios las proporciones de un cuerpo varonil y su solidez y belleza».

VITRUBIO, 4, 1, 4-6

El orden jónico: visualización y lectura del texto. Orígenes, descripción y carácter.

«Cuando decidieron levantar un templo en honor de Diana, inventaron un nuevo estilo, dándole esbeltez al aplicar la misma proporción que para el estilo anterior, pero ahora la relacionaron con las pisadas de una mujer. Hicieron que la anchura de la columna fuera la octava parte de su altura, para que tuviera un aspecto más grácil. Después pusieron en su base un anillo a manera de calzado, y en el capitel colocaron como cabellera unos bucles rizados que le caían a derecha y a izquierda, y con ondas y guirnaldas adornaron la frente como si llevara flequillo. A lo largo de todo el fuste marcaron estrías como si fueran los pliegues de las estolas que llevan las matronas. Así hicieron el modelo de los dos estilos de columnas, uno de belleza severa, sin adornos, varonil, y el otro con la figura, la ornamentación y la proporción femenina... Y como los primeros que lo usaron fueron los jonios, se le llamó estilo jónico».

VITRUVIO, 4, 1, 7-8

El orden corintio: visualización y lectura del texto. Orígenes, descripción y carácter.

«El tercer estilo, llamado corintio, imita la esbeltez virginal, porque su forma recuerda los adornos más bellos de una doncella, representada con los miembros más esbeltos a causa de su tierna edad. Cuentan que el descubrimiento de este capitel fue así.- una doncella de Corinto, ya en edad de casarse, se puso enferma y murió .. Su nodriza cogió los juguetes con los que la muchacha jugaba cuando estaba viva, los colocó en un cestito y, llevándolo a su tumba, lo puso encima y, para que todo aquello se conservase más tiempo al aire libre, lo tapó todo con un ladrillo. Este cestito quedó colocado por casualidad encima de una raíz de acanto. Más tarde, la raíz de acanto, a pesar de tener encima este peso, en primavera sacó hojas y brotes, y estos brotes, creciendo por los lados del cestito y por los costados del ladrillo, doblaron por el peso en sus extremos superiores formando volutas».

VITRUVIO, 4, 1, 8-9

El tempo griego

"Quien investigue arquitectónicamente el templo griego, buscando en primer lugar una concepción espacial, tendrá que huir horrorizado, señalándolo amenazadoramente como típico ejemplar de no-arquitectura. Pero quien se acerque al Partenón y lo contemple como una gran escultura, quedará admirado como frente a pocas obras del genio humano (...). El mito que hace de Fidias más que de Ictinos y Calícrates, el ideador del Partenón, parece simbolizar el carácter meramente escultórico de la edilicia religiosa griega en el curso de siete siglos de desarrollo.

Los elementos que constituyen el templo griego, como es sabido, son : una plataforma levantada sobre el suelo, una serie de palos de bolos apoyados sobre ella y un arquitrabe continuo que sostiene el techo. También hay, es cierto, una cela, que en el periodo arcaico constituía el único núcleo constructivo del templo, y era, por consiguiente, un espacio interno; pero este espacio no fue nunca pensado creadoramente, porque no respondía a funciones e intereses sociales: más bien era un espacio sencilla y literalmente cerrado, y el espacio interior así encerrado es, justamente, característico de la escultura. El templo griego no estaba concebido como casa de los fieles, sino como la morada impenetrable de los dioses. Los ritos se desarrollaban en el exterior, en torno al templo, y toda la atención y el amor de los escultores-arquitectos fueron dedicados a transformar los palos de bolos en sublimes obras maestras plásticas (...)."

ZEVI, B.: Saber ver la arquitectura. Poseidón, Barcelona, 1991 (1951), págs 55-56.

Técnicas constructivas griegas

La arquitectura griega es esencialmente una arquitectura de piedra. Ningún pueblo ha apreciado mas que los griegos los muros de piedra, cuya belleza reside en el aparejo. Este varía según las épocas, las modas y, naturalmente, la función que el muro debe cumplir (...). Para los edificios públicos, civiles o religiosos, las piedras de los muros se ligan entre sí mediante grapas metálicas.

R. HUYGHE: El arte y el Hombre, I, pág. 255.

Acabado y pulimento de los edificios griegos

El acabado y el pulido constituye la última fase de la construcción. Durante la colocación se toman numerosas precauciones para evitar los accidentes, roturas y desportilladuras, que amenazan al material, cuya finura y calidad son elementos esenciales de la belleza del edificio. Los escalones del basamento no solamente han conservado el revestimiento de protección, sino que, para el paso de las columnas y los bloques de los muros exteriores, han sido recubiertos de maderas o ladrillos (...). Se procede, en primer lugar, al rebajado de los muros y al pulimentado de las superficies de acuerdo con las directrices del arquitecto, el cual ha calculado el desplome que permite inclinar ligeramente los ejes interiores de los grandes planos verticales (...). Las molduras aparecen solamente insinuadas y los motivos estçan trazados con el compás. Lentamente se profundiza con el cincel, y así, curvas y redondeces van emergiendo de las superficies planas, que aparecen a medida que estos contornos adquieren volumen.

Al mismo tiempo, se han levantado los andamios junto a las columnas para el trabajo del estriado; la talla se hace en dos tiempos, cuyos rastros hallaremos en Dídimo, en Estratos, e incluso en los tambores no utilizados en las obras de la Acrópolis. El perfil de la estría se ahonda siguiendo las señales; en la superficie se deja una película que permite acabar con precisión las aristas puntiagudas de las estrías dóricas o las molduras angulares de las estrías jónicas.

R. MARTÍN: El mundo griego, pág. 54

Las obras públicas en época de Pericles

"A aquellos que poseían la edad y la fuerza para hacer la guerra el tesoro público les daba abundantemente para vivir; pero Pericles no quería que la masa obrera, que no estaba enrolada, fuese privada de un salario ni tampoco que permaneciese sin trabajar y sin hacer nada. Consecuentemente, propuso de manera resuelta al pueblo grandes proyectos de construcción y planes de obras, que pondrían en acción muchos oficios y que exigirían mucho tiempo. Como materias primas, se disponía de mármol, cobre, marfil, oro, ébano, ciprés. Para trabajarlas y poner los proyectos en práctica se disponía de corporaciones de oficios: carpinteros, escultores, herreros, tallistas de la piedra, doradores, artífices del marfil, pintores, incrustadores, cinceladores. Cada corporación disponía de una muchedumbre de obreros no especializados y de albañiles, que eran como el instrumento, el cuerpo de su servicio; de igual manera como dispone para sí un general de la armada. De esta manera, las necesidades distribuían y diseminaban el bienestar por casi todas las edades y todas las condiciones".

PLUTARCO, Vidas paralelas.

La Acrópolis ateniense, según Pausanias

"La Acrópolis tiene una sola entrada, pues toda ella es escarpada y la rodea una fuerte muralla [...]. A la derecha de los propileos está el templo de Niké Aptera [...] A la izquierda de los propileos hay un edificio que contiene pinturas, y en las que el tiempo no ha sido causante que estén oscuras; aparecen Diomedes y Odieso [...] Y ya en la misma entrada de la Acrópolis se halla el Hermes que llaman Propileo y las Cáritas que dicen hizo Sócrates el hijo de Sofronisco [...] Otras cosas conseguí ver en la Acróplois de Atenas: el niño de bronce de Licio, hijo de Mirón, que sostiene un utensilio lustral, y el Perseo de Mirón, que ha llevado a cabo su hazaña contra Medusa. También hay un santurario de Artemis Breuronia y su imagen, obra de Praxíteles [...] Respecto al templo que denominan Partenón por el lado de la entrada, todo cuanto se halla en el llamando frontón se refiere al nacimiento de Atenea y en el frontón de detrás está la lucha por el país entre Poseidón y Atenea"

PAUSANIAS: Descripción de Grecia (120-128 d.C.)

La construcción de la acrópolis ateniense

Adelantábanse, pues, unas obras insignes en grandeza, e inimitables en su belleza y elegancia, contendiendo los artífices por excederse y aventajar en el primor y maestría; y con todo, lo más admirable en ellas era la prontitud, porque cuando de cada una pensaban que apenas bastarían algunas edades y generaciones para que difícilmente se viese acabada, todas alcanzaron en el vigor de un solo gobierno su fin y perfección...Todas las dirigía y de todas con Pericles era superintendente Fidias...

PLUTARCO: Vidas paralelas. Madrid 1936. Págs. 136-138.

El Partenón, el menos clásico de los templos griegos

Por el esfuerzo conjugado de un escultor y de un arquitecto, por la habilidad técnica de Ictinos puesta al servicio de las exigencias de Fidias, se emprende el camino de esta conquista que fue el Partenón, el menos clásico de los templos griegos, el más cargado de anomalías y de extranjerismos, que no fue nunca imitado, pero que está en el origen de múltiples innovaciones posteriores.

CHARBONNEAUX, Jean., La Grecia Clásica

Mausoleo de Halicarnaso

”Así en el siglo II d. C., el erudito escritor Luciano consideraba diversos destinos (del destino de los muertos) en un debate en el mundo de los muertos entablado entre Diógenes, el antiguo cínico griego, y Mausolo de Caria : -Cario, preguntaba Diógenes, ¿por qué eres tan orgulloso y por qué crees que tendrías que ser honrado sobre todos nosotros ?. En primer lugar, replica Mausolo,...porque yo era rey..., y después porque era alto y hermoso y poderoso en la guerra pero, lo que aún es más importante, porque tengo un monumento conmemorativo que se alza sobre mí en Halicarnaso, más grande que el de cualquier otra persona muerta y también más bellamente ornamentado: caballos y héroes están representados con el máximo detalle en el mármol más fino...

Sin quedar impresionado en absoluto, Diógenes hace notar que todos los atributos mundanos mueren con el individuo y que realmente no puede ver por qué, si tuvieran que competir en un concurso de belleza -tu calavera, le dice Diógenes, podría parecer preferible a la mía. Ambas son calvas..., ambos hemos perdido nuestros ojos...Y tu tumba y aquellos bloques maravillosamente labrados bien pueden proporcionar al pueblo de Halicarnaso algo con que alardear...Pero no veo qué placer te proporciona a ti, querido compañero, a excepción de que puedes decir que soportas un peso mucho mayor que nosotros porque estás lastrado por todo ese mármol.

RHOMER, J.E: Las siete maravillas del mundo. Ed Del Serbal. Barcelona 1996 (1995), Pág. 99